domingo, 21 de abril de 2013

Alejandrita


Entramos juntos a la Iglesia, nunca antes había sentido esto que estoy sintiendo, y simplemente no puedo contener las lágrimas, toda la familia, y los amigos reunidos para estar contigo. La Iglesia se ve hermosa, esta hermosa para ti. Qué lindo hubiera sido entrar a esta iglesia, con la misma gente, pero varios años después, que lindo hubiera sido entrar a esta iglesia con toda esta gente, pero lo más lindo de todo hubiera sido celebrar tu boda y no el estar aquí para decirte adiós.

Estas en un lugar mejor, eso lo sabemos y por ello tenemos que estar tranquilos, pero el solo saber que no volveré a escuchar tu risa, escuchar tus chistes, no volveré a verte sonreír, me destroza.

Todavía no termino de comprender que simplemente no estás en tu cuarto, o sentada en tu silla a la hora de comer, no asimilo que no estas escuchando música en tu iPod o jugando con tu cámara, no lo puedo comprender, veo algo que me da risa en uno de tus programas favoritos y quiero ir a contártelo, pero suspiro y recuerdo que ya no estas aquí. Estas mejor, estas tranquila, no estas sufriendo como los últimos días, sin embargo no puedo aceptar que no volveremos a hablar, no me volverás a obligar a subirme a un juego mecánico que me dejará mareado, no me mandarás a comprarte un helado de limón con mango, no podré enviarte canciones nuevas para ver si te gustan, no estarás ahí para explicarme chistes que ya no entiendo porque ya estoy viejillo.

Te fuiste antes de lo que hubiera querido, pero no me arrepiento de nada, porque cada momento que disfrutamos juntos lo disfrutamos al máximo, te amo Alejandrita, y sé que siempre estarás conmigo, yo te prometo esforzarme el doble cada día, luchar al máximo como tú lo hiciste y disfrutar cada día como tú los disfrutabas.