domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Independientes de qué?



La verdad es que no me sentí con muchas ganas de festejar el 16 de septiembre. Si me puse la playera de México con orgullo ese día, no me siento menos mexicano, pero es que te puedes poner a pensar sobre que lo que tu pueblo celebra y no a mi no me parece que sea coherente. Es como celebrar que te graduaste cuando todavía sigues en la universidad. En México celebramos que ese día comenzó la lucha por la independencia de nuestro país, pero me pregunto ¿De qué ha servido esa “independencia” al pueblo? La única diferencia es que ahora la corona española no es la que se roba nuestras riquezas, sino un grupito de “empresarios”, que puede que sean mexicanos, porque si nos independizamos fue para que nuestras riquezas fueran  de nuestra gente, pero ni siquiera estoy seguro que los dueños de mi país sean mexicanos.

No tengo mucho que festejar, porque el 2 de julio (el día que dieron los resultados de las elecciones presidenciales) sentí una gran decepción de mi país, mi propio país me defraudo y me hizo sentir de una manera que jamás me había sentido. Tal vez la sensación se le pueda asemejar a una muy muy gran decepción de un hijo, pero como todavía no he decidido traer mas gente a este mundo, y tampoco se me ha “chispoteado”, pues no puedo saber si ese tipo de decepción es semejante a la que sentí ese día.
Me dio tristeza saber los resultados de la elección, no fue coraje lo primero que sentí, fue decepción e impotencia de saber que 39% de la gente que fue a votar ese día es ignorante. Muchos ignorantes porque quieren, otros ignorantes porque así los tienen, sumergidos en la pobreza, sin acceso a nada, simplemente tratando de sobrevivir, y que al ver la opción de conseguir el pan del día a cambio de ponerle una cruz al pendejo de Peña Nieto el día de las elecciones, pues no dudaron en hacerlo y llevarle alimento a su familia. Muchos otros pudieron tomarse el tiempo de apagar la televisión y revisar otros medios para informarse de las cosas, apagar un segundo a televisa y su lavado de cerebro asqueroso, esos son los que me dan coraje, porque tenían las herramientas a su alcance pero fueron tan mediocres que no quisieron cuestionar nada de lo que las 5 televisiones que tienen en su casa les decían.
Me siento muy mexicano, tal vez no tan orgulloso como antes de julio, pero seguiré tratando de cooperar de alguna manera para conseguir un mejor futuro para mi país. Soy un mexicano que está empezando a abrir los ojos y saber lo que realmente pasa en su país, y por lo pronto no tengo muchas ganas de festejar que somos “independientes”.